- Bernardo de Septimania
- Conde de Barcelona que gobernó del 826 al 832 y por segunda vez del 835 al 844. Fue el sucesor del franco Rampón y era el cabeza visible del partido de la guerra contra los musulmanes, y profranco (o sea opuesto a los intereses de la nobleza local goda) Tras la designación, un magnate llamado Aizón, quizás un godo lugarteniente del ex conde Bera, o quizás un árabe (Aysun) hijo de Solimán Al Arabí, que residía confinado en Aquisgrán desde una fecha indeterminada, escapó de su cautiverio llegando a la Marca Hispánica, a la región de Vic, donde las guarniciones de los castillos de la zona, que debían ser favorables a Bera, se le unieron en una rebelión contra el nuevo conde. Solo el castillo de Roda de Ter, en el condado de Osona se resistió y fue destruida por los sublevados. Muchos nobles godos se unen a Aizón y entre ellos Guillemundo o Guillemundus, hijo de Bera, que era aun conde de Rasez y Conflent. Incluso se reclutaron musulmanes partidarios de la paz con los francos. Desde la zona central que ocupaba, Aizón sometió a castigo al condado de la Cerdaña y a la región del Vallés. El joven conde Bernardo, que no tenía aun los treinta años, pidió y recibió alguna ayuda del Emperador, así como también de algunos nobles locales godos o hispani (826). Por ello Aizón se vio obligado a solicitar ayuda de la única potencia que podía hacer frente a los francos, el emir de Córdoba, y envió una embajada presidida por su hermano, solicitando ayuda a Abderramán II. Este envió al general Ubayd Allah conocido también como Abu Marwan, que llegó a Zaragoza en Mayo del 827. De allí pasó a territorio del condado de Barcelona, alcanzando Barcelona ciudad en verano, la cual fue sitiada sin éxito, saqueando sus alrededores. Pasaron entonces a Gerona que tampoco pudieron ocupar (10 de octubre de 827). Ludovico Pío mientras, enterado de la incursión musulmana, ordenó a su hijo Pipino de Aquitania, y a los condes Hugo de Tours y Matfredo de Orleans, el reclutamiento de un ejército, pero el reclutamiento fue lento y cuando estuvo formado ya Abu Merwan estaba regresando a sus dominios. Los rebeldes abandonaron el país con ellos (827). Probablemente Aizón se refugió en Córdoba, donde más tarde, sospechoso de conspiración, fue asesinado por orden del emir. También Guillemundo debió acabar sus días en Córdoba.
Enciclopedia Universal. 2012.